MICOSIS DE UÑAS

Micosis ungueales: conoce las causas y tratamientos

Las micosis son enfermedades infecciosas causadas por organismos microscópicos llamados hongos. Pueden afectar cualquier tejido del cuerpo humano. Cuando estos hongos infectan la uña, llamamos a esta enfermedad onicomicosis.

¿Qué causa la onicomicosis?

Los hongos son organismos que tienen un papel importante en la naturaleza al degradar la materia orgánica para devolver los nutrientes al medio ambiente, por eso se les llama descomponedores.

Hay hongos grandes (macroscópicos), que son visibles a simple vista, como los hongos que usamos en la comida (shitake, shimeji, paris, portobelo, entre otros), y hay otros hongos que son muy pequeños, imposibles de ver a simple vista (microscópico): estos son los que causan la onicomicosis.

Hay una gran cantidad de hongos microscópicos que pueden causar onicomicosis. Algunas están formadas por una sola célula (unicelulares) y se denominan levaduras. Otros son un poco más grandes y complejos, compuestos por muchas células (pluricelulares) y se llaman hifas.

Entre las levaduras, la más común es Candida sp, un hongo conocido por causar otras micosis en el cuerpo humano, como secreción en mujeres, “aftas” en la boca de los niños y lesiones en el área cubierta por pañales en bebés. Sin embargo, las levaduras no son los hongos más frecuentes que causan onicomicosis.

Las hifas son los hongos más estrechamente relacionados con las infecciones fúngicas de las uñas, sobre todo las hifas de un grupo llamado dermatofitos. Los dermatofitos tienen la característica de poder degradar la queratina, material que abunda en la uña.

Cuando ocurre una infección por dermatofitos, llamamos a esta enfermedad “tinea”, o “tinea”, en latín. Así, la onicomicosis causada por dermatofitos también se denomina tinea nail o “tinea unguium”. Los dermatofitos también parasitan la piel y el vello corporal, estructuras que, como la uña, son ricas en queratina.

Estas micosis se denominan entonces tiña de la piel y tiña del cuero cabelludo o tiña del cabello.

Existen otras especies de hifas que pueden causar onicomicosis que no pertenecen a este grupo de dermatofitos, es decir, que no están especializadas en degradar la queratina. Son hongos filamentosos no dermatofitos, y son agentes más raros en la causa de la onicomicosis.

¿Cómo se contrae la onicomicosis?

Para que una persona desarrolle onicomicosis, debe existir una asociación de dos factores: contacto con el hongo y ser susceptible a la enfermedad.

El contacto con el hongo suele darse en ambientes cálidos y húmedos con presencia de estructuras fúngicas. Los baños comunitarios son ejemplos de lugares que cuentan con estas características, pero no son los únicos. Existen otros hábitos que favorecen este contacto, como compartir toallas, calcetines y zapatos, caminar descalzo en otros ambientes que potencialmente tienen presente el hongo microscópico, etc.

La persona susceptible a la onicomicosis es aquella que presenta algunas características como:

• Edad avanzada: la uña tiende a crecer más lentamente a medida que envejecemos, y cuanto más lento es el crecimiento de la uña, más fácil es que el hongo siga parasitando el lugar;

• Traumatismos: los traumatismos provocan microfisuras y alteraciones en la estructura de la uña, favoreciendo la penetración del hongo. Pueden ser causados ​​por zapatos ajustados, por algún deporte como jugar al fútbol o correr largas distancias, por cambios en la forma de los dedos y pies, por golpes en las esquinas que lastiman la uña, etc...

• Enfermedades o medicamentos que interfieren con la inmunidad del paciente: estas condiciones facilitan la infección ya que reducen la protección inmunológica del huésped. Esto ocurre en personas con diabetes mellitus, cáncer, personas trasplantadas, personas que viven con el virus del VIH, que son tratadas por enfermedades autoinmunes como lupus, esclerodermia, enfermedades inflamatorias del intestino, entre otras.

• Micosis de los pies: casi todas las onicomicosis tienen su origen en una micosis de la piel de los pies. El hongo penetra primero en la piel del pie, y luego procede a parasitar las uñas. Por lo tanto, las personas que tienen escamas en los pies o sabañones entre los dedos de los pies tienen más probabilidades de desarrollar onicomicosis;

• Psoriasis: las personas con psoriasis tienen más del 50% de posibilidades de contraer onicomicosis que los pacientes sin psoriasis. Sin embargo, es importante recordar que la psoriasis por sí misma puede afectar las uñas, provocando alteraciones que muchas veces se confunden con onicomicosis y no lo son;

• Familiares con onicomicosis: quienes tienen un familiar con onicomicosis tienen mayor probabilidad de ser infectados por el hongo por dos motivos: contacto cercano con un foco fúngico activo en el ambiente, y también porque existe una posible susceptibilidad familiar a la infección por el parásito.

¿Cómo es la uña con onicomicosis?

La onicomicosis puede causar diversas alteraciones en las uñas, dependiendo del hongo que la provoque y de las características individuales de cada paciente. Existe una clasificación que divide las formas clínicas en seis tipos: subungueal distal y lateral, subungueal proximal, superficial, endónice, mixta y distrófica total.

• Onicomicosis subungueal distal y lateral: es la forma más frecuente. Los principales signos clínicos son el desprendimiento de la uña, el engrosamiento de la uña (la uña se vuelve más gruesa) y los cambios de color, que generalmente varían de blanco a amarillento, pero también se pueden observar variaciones de naranja, marrón y negro.

• Onicomicosis subungueal proximal: se origina en la porción de la uña cercana a la cutícula, progresando lentamente hacia la porción de la punta del dedo. En pacientes inmunodeprimidos, especialmente los infectados por el VIH, esta progresión puede ser rápida.

• Onicomicosis superficial: puede presentarse como manchas o líneas, que se eliminan fácilmente raspando o lijando. Estas manchas o líneas son blancas en la mayoría de los casos, pero pueden mostrar otros colores según el agente involucrado.

• Endonix: la infección se restringe a la uña, sin afectar la piel debajo de la uña, observándose manchas blancas lechosas en el portaobjetos y ausencia de desprendimiento o engrosamiento de la uña.

• Onicomicosis distrófica total: representa la etapa final de la invasión fúngica de las uñas y puede ocurrir a partir de cualquiera de las formas anteriores. La uña se vuelve difusamente gruesa y, a menudo, frágil, y puede ocurrir una pérdida parcial o total de la uña, con exposición de la piel debajo.

• Mixto: este patrón es una combinación de dos o más subtipos descritos anteriormente.

¿Cómo se diagnostica la onicomicosis?

Aunque la onicomicosis es la principal causa de cambios en las uñas, no es la única. Existen varias otras infecciones, inflamaciones y tumores que se asemejan a micosis de la uña, siendo el diagnóstico de certeza muy importante para el correcto tratamiento.

El diagnóstico de onicomicosis comienza con la evaluación clínica de la uña por un dermatólogo, quien es un médico especialista en diagnosticar y tratar enfermedades de la piel, uñas y cabello.

Tras la sospecha clínica, el diagnóstico puede confirmarse con pruebas complementarias, principalmente con onicoscopia, pruebas micológicas e histopatología de la lámina ungueal.

En la onicoscopia se utiliza un aparato llamado dermoscopio para visualizar algunos signos característicos de la onicomicosis y se realiza durante la consulta médica. Es un método indoloro en el que se evalúa el aspecto de la superficie de la uña (lámina dorsal) y el borde libre (lámina terminal).

Para los exámenes micológicos se realiza un raspado de la uña en el límite entre la uña lesionada y la sana, debajo del bisturí. El material recolectado se envía para dos análisis: examen micológico directo y cultivo para hongos.

En el examen micológico directo, el material se analiza con un microscopio óptico, buscando estructuras fúngicas que confirmen el diagnóstico de infección.

En cultivo para hongos, el material se siembra en medios de cultivo específicos para hongos, y es posible determinar qué agentes se visualizan en el examen directo y cuáles están parasitando la uña. Aunque requieren más tiempo, todavía se consideran el estándar de oro para diagnosticar esta enfermedad.

El examen histopatológico de la placa ungueal es un método que se ha utilizado más recientemente, donde se envían fragmentos de la uña al laboratorio de anatomía patológica para evaluar la presencia de hongos.

¿Y cómo se trata la onicomicosis?

El tratamiento de la onicomicosis depende de varios factores: la forma clínica que se presente, el agente involucrado en la infección y el estado de salud del paciente.

El tratamiento farmacológico es el más común, y el que mejores resultados tiene. Los antimicóticos tópicos (para aplicar en la uña) y orales (para tomar por la boca) se usan durante meses o años.

Para aumentar la respuesta terapéutica, se pueden realizar procedimientos que ayuden a que los antifúngicos penetren en la hoja, o que reduzcan el grosor de la hoja infectada (reduciendo así la cantidad de hongos en la infección), o que ayuden al crecimiento de la lámina ungueal.

Es fundamental comprender que además de los medicamentos y procedimientos, el paciente debe cuidar diariamente las uñas y los pies, limpiándolos y secándolos diariamente, evitando zapatos sucios o tapados, el contacto con ambientes sospechosos de contaminación y hábitos que favorezcan la persistencia. del hongo en el pie.

Cuidar las enfermedades subyacentes y tener la flexibilidad para alcanzar los pies también son cuestiones cruciales para el éxito de la terapia.

Para saber si tienes onicomicosis, o si tienes algún cambio en las uñas que te esté molestando, busca un dermatólogo con RQE.

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